martes, 24 de mayo de 2016

LA DOLINA DE SILVERIO

El  viaje de  fin de curso de los alumnos de 3º y 4º ha sido un viaje de leyenda. Un viaje en el que se mezcla realidad y ficción. Algo de historia verdadera y personajes de cuento…
Hoy hemos subido hasta el corazón del Pirineo, en el valle del río Aragón. Allí hay una pequeña localidad que ha crecido con el turismo llamada Villanúa, esconde una cueva llamada la Cueva de las Güixas (Cueva de las Brujas). Un breve paseo por una senda balizada como GR con las vistas del Pico Collarada de mas de 2.800 metros de altura nos ha guiado hasta las entrada de la cueva.
Refugio del hombre de Cromagnon hace cientos de miles de años, nos llama la atención al acercarnos la brisa fría que sale del pequeño hueco en la roca. Cerrada con llave, la guía nos abre una verja de hierro fundido. Nos cuenta  que sirvió de cárcel para los presos durante la Guerra Civil española. ¿Quién podría escapar de ese lugar?
Nos abrigamos al entrar y ya bajando las primeras escaleras la sorpresa es mayúscula al ver la impresionante galería que se pierde en la oscuridad (más de 1.500 m). Alumbrado ténuemente un pasa manos de cuerda nos ayuda a hacer el recorrido bordeando el lecho de lo que parece una galería que se inunda con mucha frecuencia. Solo se oye el sonido de nuestros pasos, el asombro de lo que vamos viendo y el sonido del agua que discurre y cae incensantemente por los oscuros rincones de la cueva. Cerca se abre una de las dolinas o chimeneas que se abre al exterior La dolina de Silverio, lugar de reunión de las brujas, guapas, jóvenes y apuestas debido a los baños de luna llena que tomaban en las noches de luna llena.
Se cuenta que era visitada por Guirandana de Lay, una curandera que preparaba ungüentos y pócimas a los enfermos de Villanúa, con fatales resultados para algunos de ellos, de tal manera que fue echa prisionera en el año 1461 y llevada a Jaca. Allí fue juzgada y ajusticiada  en la hoguera según documentos históricos encontrados.
El agua, las sales y el dióxido de carbono han hecho de las enormes cavidades preciosas estalactitas, cortinas, coladas, banderas y finísimos macarrones que crecen a raíz de un centímetro cada cien años. Preciosa es la galería de la Catedral, con su famosa sala de la Imaginación.
 En lo más profundo y oculto de la cueva es lugar donde se refugia un pequeño murciélago que está en peligro de extinción. Es el murciélago de herradura (murciélago de Geoffrey), que se refugia y se reproduce en las galerías más cálidas de la cueva, lejos de nuestras miradas y linternas y que gracias a nuestros guías hemos logrado ver a alguno de ellos.

Como habéis podido leer en estas líneas, nuestro viaje al interior de la tierra nos ha traído conocimiento de nuestra riqueza natural y tradicional…historia viva... historias contadas… y aventuras vividas…









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