El viaje de
fin de curso de los alumnos de 3º y 4º ha sido un viaje de leyenda. Un
viaje en el que se mezcla realidad y ficción. Algo de historia verdadera y
personajes de cuento…
Hoy
hemos subido hasta el corazón del Pirineo, en el valle del río Aragón. Allí hay
una pequeña localidad que ha crecido con el turismo llamada Villanúa, esconde
una cueva llamada la Cueva de las Güixas (Cueva de las Brujas). Un breve paseo
por una senda balizada como GR con las vistas del Pico Collarada de mas de 2.800
metros de altura nos ha guiado hasta las entrada de la cueva.
Refugio
del hombre de Cromagnon hace cientos de miles de años, nos llama la atención al
acercarnos la brisa fría que sale del pequeño hueco en la roca. Cerrada con
llave, la guía nos abre una verja de hierro
fundido. Nos cuenta que sirvió de cárcel
para los presos durante la Guerra Civil española. ¿Quién podría escapar de ese
lugar?
Nos
abrigamos al entrar y ya bajando las primeras escaleras la sorpresa es
mayúscula al ver la impresionante galería que se pierde en la oscuridad (más de
1.500 m). Alumbrado ténuemente un pasa manos de cuerda nos ayuda a hacer el
recorrido bordeando el lecho de lo que parece una galería que se inunda con mucha
frecuencia. Solo se oye el sonido de nuestros pasos, el asombro de lo que vamos
viendo y el sonido del agua que discurre y cae incensantemente por los oscuros
rincones de la cueva. Cerca se abre una de las dolinas o chimeneas que se abre
al exterior La dolina de Silverio, lugar de reunión de las brujas, guapas,
jóvenes y apuestas debido a los baños de luna llena que tomaban en las noches de luna llena.
Se
cuenta que era visitada por Guirandana de Lay, una curandera que preparaba
ungüentos y pócimas a los enfermos de Villanúa, con fatales resultados para
algunos de ellos, de tal manera que fue echa prisionera en el año 1461 y
llevada a Jaca. Allí fue juzgada y ajusticiada
en la hoguera según documentos históricos encontrados.
El
agua, las sales y el dióxido de carbono han hecho de las enormes cavidades
preciosas estalactitas, cortinas, coladas, banderas y finísimos macarrones que
crecen a raíz de un centímetro cada cien años. Preciosa es la galería de la
Catedral, con su famosa sala de la Imaginación.
En lo más profundo y oculto de la cueva es
lugar donde se refugia un pequeño murciélago que está en peligro de extinción.
Es el murciélago de herradura (murciélago de Geoffrey), que se refugia y se
reproduce en las galerías más cálidas de la cueva, lejos de nuestras miradas y
linternas y que gracias a nuestros guías hemos logrado ver a alguno de ellos.
Como
habéis podido leer en estas líneas, nuestro viaje al interior de la tierra nos
ha traído conocimiento de nuestra riqueza natural y tradicional…historia viva... historias contadas… y aventuras vividas…
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